¿Qué se necesita para la fotografía submarina?
La fotografía submarina no deja de ser un campo minoritario, y hay dos razones obvias. La primera es la dificultad inherente a una práctica de riesgo como es el buceo, aunque se suele decir que es el deporte de riesgo más seguro que existe. La segunda es el material,
pues los accesorios que necesitaremos para sumergirnos en el agua nos
pueden llegar a costar más dinero que nuestro equipo fotográfico.
Sobre la primera dificultad poco puedo decir, salvo que os
recomiendo animaros a probar este mundo tan fascinante, consiguiendo
antes la licencia correspondiente (previo curso y examen). La licencia
para buceo recreativo más conocida a nivel mundial es el “Open Water
Diver” de PADI
(Professional Association of Diving Instructors). La mayoría de escuelas
de buceo están homologadas para impartir estos cursos. Incluso entre
las especialidades que existen dentro de los cursos PADI; existe una específica para fotografía submarina.
Una vez tengáis la licencia, no os quedará otra que practicar y
practicar, pues el hecho de cargar con un equipo fotográfico en la
profundidad introducirá un punto más de dificultad en la tarea de buceo.
Como mínimo, os recomiendo hacer alguna inmersión de prueba con el
equipo antes de hacerlo en serio para ir acostumbrándoos a él.
La cámara
En general, y salvo que tengáis unos niveles de exigencia altísimos,
suele ser mejor recurrir a cámaras compactas de alta gama. La
proliferación de las EVIL,
han traido un soplo de aire fresco a esta disciplina a través de
cámaras cada vez más compactas pero con mayor control del ruido. Pero
ojo, si queréis aprovechar al máximo la fotografía (sobre todo de fauna
en movimiento), debéis aseguraros de que disponga de opción de AF continuo.
También es importante que lleve un flash acoplado
(más adelante explicaré el porqué). Es deseable que disponga de un rango
focal aceptable para todo tipo de situaciones. Por ejemplo, un 28-100mm con posibilidad de disparar en macro sería ideal.
Las cámaras réflex se utilizan para fotografía submarina muy
avanzada, y antes de planteároslo haceros esta pregunta: ¿que pasa si se
me cruza un tiburón ballena y yo he bajado con una óptica macro
montada? La respuesta es: poca cosa. Cuando uno baja con una de estas
cámaras lo hace con un objetivo muy concreto. Abajo no podemos cambiar
de óptica, salvo que dispongamos de un carísimo y avanzado equipo.
La caja estanca
La elección de la caja estanca debemos hacerla en el momento de
comprar la cámara, pues no existen cajas para todos los modelos. Existen
dos variedades: las metálicas, más resistentes, completas y orientadas al entorno profesional y las de policarbonato, más voluminosas, más baratas y disponibles para más modelos de cámara.
Evidentemente, a la hora de adquirirla habrá que valorar que soporta
las funciones para las que vamos a destinarlas, por ejemplo: ¿tiene
conexiones TTL para flash? ¿hasta que profundidad está garantizada? ¿tendremos que renunciar a algún mando de nuestra cámara?
También será necesario llevar a cabo un mantenimiento. Cualquier
mínima fuga de agua podría echar a perder nuestro equipo, sobre todo a
profundidades a las que la presión aceleraría la inundación del
compartimento estanco. Antes y después de cada inmersión hay que limpiar
y lubricar bien las juntas. Y jamás hay que abrirla mientras está
húmeda: mejor espera a llegar a casa.
Iluminación
En general, cuanto más podamos prescindir del flash para hacer una
foto y aprovechar la luz natural, mejor, pues el agua tiene partículas
en suspensión, y estas se reflejan en la fotografía proporcionándonos
efectos indeseados. Pero la realidad es que a partir de cierta
profundidad, el flash lo necesitaremos en un 99% de los casos.
Como comenté antes, es deseable que la cámara tenga un flash
incorporado. El motivo es que en general las unidades externas de flash
se suelen conectar a las cámaras submarinas a través de cables de fibra óptica
que disparan células exclavas. Podemos poner un poco de cinta aislante
sobre el flash de la cámara para que su luz frontal no interceda en la
escena.
En cuando a los modelos, debemos adquirir unidades especiales para
fotografía submarina. Nuevamente, nos tocará desenvolsar una buena
cantidad de dinero. También es posible adquirir cajas estancas para
flashes de los que utilizamos en la superficie. No tendremos ni la
versatilidad ni la ergonomía de un flash submarino, pero posiblemente
sea una solución más económica.
Antes de empezar a utilizarlo es importante conocer para el Numero Guía
(NG) de nuestro flash para su uso en agua. Los fabricantes pocas veces
nos proporcionan el numero en agua, pero si lo dan, generalmente suelen
ser poco realista. Si le restáis 3 o 4 unidades, será algo mas
aproximado a la realidad. Una buena práctica es fabricaros una tabla de
diafragmas/distancias/potencias y luego los confirméis con la
experiencia. Cada flash se comporta de manera diferente. Esta
información os dará una información muy valiosa: a qué distancia tenéis
que ponerlo para exponer correctamente un objeto combinando su manejo
con el diafragma de nuestra cámara.
Soportes
Consisten en unas regletas con empuñaduras a las que se atornillan
la carcasa y el brazo articulado del flash. De esta forma, llevaremos
todo el conjunto con la comodidad de poder sujetarlo todo con las manos.
Poco hay que decir salvo que este accesorio es un montante más de
dinero en la inversión final.
Disminución de la intensidad de luz natural
La posibilidad de fotografiar y visualizar objetos en el fondo
marino se deben a la luz del sol que se propaga desde la superficie. Sin
embargo, tenemos que saber que al propagarse por un medio diferente,
sus propiedades también son distintas. Influyen dos procesos:
1. Las propiedades físicas de la luz: la reflexión
en la superficie, la refracción (el cambio de dirección de la luz al
entrar en un medio de diferente densidad) y la extinción (a más
profundidad, menos luz).
2. Las propiedades fisioquímicas del agua: transparencia del agua, partículas en suspensión, la capacidad de absorber la radiación, etcétera.
Evidentemente, no podemos ponernos a analizar el agua cada vez que
hagamos una inmersión, por lo que nuestra experiencia nos dará la
información de la intensidad de la luz en cada profundidad. En libros
técnicos sobre este tema también encontraréis tablas de equivalencia
genéricas entre la profundidad y la diferencia de EVs.
Los colores
Otro fenómeno característico de la inmersión en el mar es que la
absorción de la luz va provocando cambios en los colores que
visualizamos. Así, a partir de 3 metros el rojo se torna pardo, los
naranjas y amarillos desaparecen y a partir de 15 metros todo es azul.
Utilizando flashes externos podremos evitar esta pérdida de color y
plasmar toda la cromaticidad del fondo marino.
Consejos útiles
A continuación os enumero un conjunto de consejos a tener en cuenta a la hora de fotografiar mientras se está buceando.
- Mira a tu alrededor: al bucear, la tendencia suele ser a mirar hacia abajo, ya que el buceo se realiza en posición horizontal. No está de más mirar alrededor, para buscar encuadres diferentes.
- Usa lentes de corto alcance: son las que se utilizan la mayoría de las veces, además a largas distancias no hay visibilidad. Lo ideal es disponer de macros (un tipo de fotografía muy agradecida en este entorno) y angulares.
- Acércate lo más posible: el agua tiene muchas partículas en suspensión, y la luz no se propaga tan bien como en la superficie. Cuanto más lejos estés de tu objetivo, más perdida de calidad experimentarás.
- Muévete despacio y no toques el suelo: esto facilitará que no aparezcan más partículas a tu alrededor.
- Evita las zonas movidas con muchas partículas: el flash se reflejará en ellas provocando manchas blancas en la fotografía, al reflejarse la luz en las partículas en suspensión.
- Contén la respiración al disparar: esto evitará las trepidaciones, ya que en ese entorno nos movemos más de lo que desearíamos.
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